miércoles, 1 de agosto de 2007

Filosofía, política y realidad.

A menudo, cuando la gente incluye la palabra filosofía en los ensayos, la gente suele pensar que va a ser un escrito con muchas palabras redundantes, con demasiado contenido y una tesis abstracta. El problema es el poco conocimiento sobre filosofía.

Cuando hablamos de democracia, hablamos de política, si hablamos de política, hablamos de ideas, y las ideas surgen de la filosofía. Por tanto, la democracia esta ligada la filosofía, o de otro modo, las personas que son participes en el sistema democrático deberían ser participes también de la filosofía.

El paso del ideal al real pasa por tres fases, arriba citadas: Filosofía, política, realidad.
Nuestro sistema tiene dos fallos mejorables, y uno no mejorable, humanamente hablando.

La sociedad, esta constantemente en cambio constante, con problemas y soluciones, con discusiones y arreglos, con puntos de vista y debates políticos. Nuestro primer paso como ciudadanos es tener nuestro punto de vista. Crear nuestra filosofía interior.

Aquí surge el primer problema, y es que en España, pocas personas se paran a pensar por si solas (auto convencimientos fuera de aquí por favor). Ni ellas mismas saben como ni desde cuando escuchan tal radio o leen tal periódico, y si, esto influye en un 90% en nuestras ideas, que no son creadas por nosotros mismos, si no copiadas.
Seria utópico un mundo donde la filosofía fuera parte realmente activa, por lo menos actualmente. Desde la mala gestión de la asignatura por parte de los colegios (de los que salí hace poco), al poco tiempo que se le dedica fuera de estos.

Una vez creamos nuestras ideas, las comparamos con los partidos políticos, y votamos al que mas acorde este.

Aquí surge el segundo problema. Derivado del primero, el bipartidismo, nos hunde en un cambio de poder entre partidos, en una discusión por ganar, en vez de ofrecer. Pero a la gente le da igual, por que ¿Para que votar un partido minoritario? Pero luego a todos nos gusta quejarnos.
Otro problema es que la gente no vote al partido mas afín, si no al partido que va a fastidiar al partido menos afín.

Una vez creada la política, hay fuertes barreras hacia la realidad. La barrera económica, sociocultural, tecnológica, humana etc.

Tenemos una filosofía inicial, pequeña y mal formada, unas elecciones bipartidistas que eluden las ideas reales de cada uno. Y unas barreras que impiden llegar a hacer lo que quisiéramos realmente. Como el juego del teléfono rojo, llegamos de un extremo a otro y todo ha cambiado.

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