Recoged las esterillas.

En la revista “Capital” han hecho hoy un pequeño repaso a la situación de las empresas energéticas “verdes”. Y me he encontrado con un dato que, si bien sabia que era alto, me ha dejado algo helado.
Nuestra dependencia al exterior en cuestión energética es del 80%. O lo que es lo mismo, el 80% de la energía que utilizamos no la producimos en España.

La dependencia energética nos afecta por dos vías. La de entrada y la natural. Si dependemos mucho es por que nuestra producción autóctona es pequeña, (podría darse el caso de que produjéramos mucho pero lo exportáramos, pero no es el caso).
Así que de aquí a un futuro nos vamos a tomar con varios serios problemas derivados de este hecho, y tenemos que empezar a ponerles solución, ya que las infraestructuras necesarias no se pueden construir en cuatro días.

En el conjunto europeo, importamos el 50% de la energía que utilizamos (Gran cantidad de esas importaciones vienen de Rusia), con lo que el problema no es solo de España, si bien entre el 80% y el 50% hay un trecho y una dependencia bastante grande.
En condiciones normales, estáticas, no seriamos alarmistas. La importación como tal no es mala, los recursos que no dedicas en producción autóctona los dedicas a otros sectores los cuales utilizas para exportar, y todo perfecto. El problema es que estamos siempre en un mundo cambiante, y hay dos asuntos potenciales que en un futuro muy cercano nos empezaran a afectar gravemente.
- China, India, etc. Su rápido capitalismo engullirá parte de la necesidad energética. Los países productores de energía (que exportan), tendrán que, o aumentar su producción, o ser mas selectivos con sus clientes.
Bien, Los países en auge de la zona asiática también incrementaran su producción de energía, pero su dependencia no será pequeña. Así que es muy importante los compromisos y las relaciones bilaterales. Tenemos que asegurarnos que seguiremos teniendo esa entrada de energía. Y la única manera es ofreciendo algo a cambio.
Imaginen a Rusia, gran exportadora de Gas, con un incremento de la demanda por parte de China. Las empresas en auge estarán dispuestas a pagar dotaciones mayores por la energía que los países europeos ya que los beneficios que obtendrán serán mayores (nosotros necesitamos la energía para mantenernos, para vivir en el bienestar, mientras que allí están creciendo económicamente).
Lo que sacamos en claro de todo esto es que la dependencia es, resumiendo mucho, una cabronada.
Imaginen un futuro donde dependamos enteramente de que Rusia nos quiera vender su energía, imaginen a ver quien tiene huevos a toserle…

No solo tenemos el problema del crecimiento en auge de Asia. Como he dicho antes, una solución totalmente factible seria, a mayor demanda, mayor producción.
El problema es que sería factible si pudiéramos aumentar la producción… pero no podemos.
El petróleo se acaba, el carbón se acaba, gas, uranio…
Y encima nos están azuzando a cambiar al “sistema verde” por el maldito cambio climático. Y ese es el segundo problema.
- Dependencia a los nuevos sistemas “verdes”.
Bueno, visto así parece que el pasar a sistemas no contaminantes es malo, y no es cierto. Es una barrera que nos frena a la hora de enfrentarnos a los problemas, pero nadie dijo que el mundo fuera sencillo. Si el calentamiento global nos afecta mucho o poco no lo se (no me meto ahora con eso), pero si es cierto que, si no es por el nivel de CO2, vamos a tener que pasarnos por el simple hecho de que se acaban los elementos como el petróleo. Y seamos sinceros, en el futuro, al menos yo, quiero energía renovables, a si que nos viene bien una bofetada fuerte para cambiar el sistema.

Vemos pues que tenemos que incrementar la producción energética, y no solo hacerlo de forma que descienda nuestra dependencia, si no además hacerlo con sistemas de energía renovables. Hay que invertir mucho. Hay que crear mucho. Hay que decirlo mucho. Tendremos crisis, como siempre ha habido. Pero en el futuro nuestros hijos nos agradecerán que empezáramos a construir el muro antes de que subiera la marea.

Saludos.